May 26 2022
#Retovictorianspirits de la cuenta @victorianspiritsblog, premisa “Un libro de misterio”.<br /><br />Leer Wilkie Collins siempre es bien. Y ya está. <br /><br />Tiene novelas mejores que otras, hay en él cosas que no me acaban de convencer, como las situaciones que resultan demasiado forzadas, las coincidencias milagrosas, y el hecho de que siempre haya tenido la impresión de que es demasiado deudor de su buen e influyente amigo Charles Dickens. Pero todas sus obras se leen con la misma facilidad que se bebe un vaso de agua, y que enganchan mucho, con personajes muy bien construidos y un trasfondo de critica hacia la sociedad de su época que se esconde, muchas veces, tras tramas de misterio y romance enfocadas en impactar y resultar intrigantes para el lector . Es un autor que, tras su aparente liviandad, esconde mucho y al que hay tener en cuenta. Y por todo eso siento especial debilidad por él.<br /><br />Publicada originalmente en 1881 , “La Sotana Negra” es, quizás, una de sus obras más desconocidas para el gran público. Está protagonizada por Lewis Romayne, un rico hacendado de personalidad retraída y nerviosa, que vive centrado en sus estudios y escritos, prefiriéndoles a la compañía de sus semejantes. En un viaje a Francia, se ve envuelto en un trágico accidente que le hará contraer una enfermedad nerviosa. En esas, aparecerán en su vida dos personajes que lucharan por su alma y su felicidad (y sus riquezas): por un lado está Stella Eyrecourt, una hermosa muchacha que se enamorara de él, y en cuyo pasado hay un sórdido secreto. Por el otro, encontramos al retorcido Padre Benwell, un cura que es, además, un destacado miembro de los Jesuitas, él cual buscara por todos los medios convertir a Romayne al catolicismo para que done a la iglesia de Roma sus tierras, las cuales fueron confiscadas en su momento por el rey Enrique VIII durante la Disolución de los Monasterios. <br /><br />Dentro del reto victoriano de la cuenta @victorianspiritsblog, he puesto esta lectura dentro de la premisa de un libro de misterio. Pero debo decir que aunque lo que es misterio si que lo hay, este ingrediente no es tan prominente como, por ejemplo, en las dos obras más famosas de Collins “La Dama de Blanco” y “La Piedra Lunar”. No obstante, a lo largo de toda esta lectura hay una atmósfera de misterio y de tensión que revolotea en la misma todo el rato. Por eso, y porque tenia que meter a Collins en alguna parte del reto, es que la novela que nos ocupa tiene este puesto. De todas formas, tampoco está tan desencaminado todo esto, ya que las novelas de Collins están inscritas en el genero de las sensational novels.<br /><br />Se trata de un tipo de obras que nacieron al calor del siglo XIX, cuando los cambios económicos, industriales e ideológicos que fueron los motores de la época victoriana, favorecieron que Inglaterra se convirtiera en “un país de lectores” y que la novela se revalorizada. La alfabetización y democratización de la sociedad, y las mejoras y reducción de costes en el mundo editorial hicieron que la lectura se convirtiera en el hobbie nacional. Empezaron a surgir las llamadas novelas de folletín; publicaciones por entregas a precios módicos que se llevaban acabo en revistas o seminarios. En cada numero salía un capitulo del libro que, posteriormente, saldría publicado en su totalidad, primero en ediciones en tres volúmenes, luego en una sola y, finalmente, en un tomo barato y fácil de llevar, pensado para ser guardado en un bolsillo y así poder ser leído en el tren. Como autor, Collins fue uno de los que mejor entendió los mecanismos de las publicaciones por entregas. Siempre pendiente de las reacciones del público a sus publicaciones, para saber qué es lo que podría gustarles más en la siguiente entrega, en sus trabajos encontramos historias creíbles, argumentos llenos de fuerza y vida, diálogos ágiles y misterios secundarios que lograran enganchar al lector, provocarle la necesidad de saber qué sucedería en la siguiente entrega de la publicación. Vamos, como las series o culebrones de la actualidad. Había nacido un género nuevo, el del suspense.<br /> <br />“La Sotana Negra” es hija de está forma de literatura que tan influyente resulta aún hoy en día. Como he dicho antes, es una novela en la que la tensión se masca desde, prácticamente, su primera página. Los giros, las sorpresas y los descubrimientos no paran de surgir a lo largo y ancho de su trama, y todo está llevado con gran maestría y eficacia por parte de su creador. Es cierto que hay momentos y situaciones que resultan muy impostados, y elementos y personajes que a veces son demasiado melodramáticos (circunstancias que suelen darse en todas las obras de Collins). Pero esto no equivale a que resulten poco creíbles. En esto tiene mucho que ver la técnica narrativa de Collins y sus grandes capacidades literarias. Como viene siendo habitual en sus trabajos, utiliza diferentes recursos narrativos, como pueden ser la voz de un narrador omnisciente, las cartas y los testimonios de algunos de los personajes y fragmentos de diarios. Esta narrativa aporta no solo gran credibilidad y solidez al argumento, también contribuye a agilizar su lectura. Permite al lector ver las diferentes perspectivas que tienen los distintos personajes que aparecen a lo largo de las páginas de esta novela, comprobándose que no hay una única visión, es el lector quien debe tomar partido por alguna de ellas.<br /><br />Esto también facilita el que se puedan caracterizar de forma realista y cercana a estos personajes. Ninguno es blanco o negro, todos están inscritos en variadas tonalidades grisáceas, pues cada uno tiene sus propias metas y motivos para actuar como lo hacen. Y esto resulta refrescante especialmente en una obra con un sesgo tan profundamente anticlerical. No podemos olvidar los prejuicios existentes en la victoriana Inglaterra protestante contra los católicos y su clero, algo que, por ejemplo se ve muy bien en los trabajos de otra de las grandes autoras de la época, Charlotte Bronte. De ahí, que frente a estos prejuicios, resulte muy refrescante ver como Collins pone la religión como una mera excusa para presentarnos una historia que trata sobre temas universales como la ambición, el poder de la persuasión y las debilidades humanas, la forma en que nuestros pecados y nuestros errores acaban por marcar nuestro destino. Para él es más importante crear una trama sólida y bien hilvanada protagonizada por unos caracteres bien construidos, y que la critica social (que en este caso tampoco falta) no haga perder de vista lo meramente literario.<br /><br />En este apartado hay que destacar al personaje del padre Benwell, gran antagonista de la historia. Se trata de un hombre lleno de contrastes. Es el malo oficial de la historia, sí, pero al mismo tiempo en el cierta bondad, que queda matizado cuando se nos muestra, con tanta eficacia y claridad, sus procesos mentales y la forma en que cree en que lo que hace es lo correcto. Todo ello sazonado con cierta dosis de retorcimiento, astucia y falsedad. Sin andarse mucho por las ramas, Collins crea con gran simplicidad un personaje realmente complejo, que a mí me ha recordado mucho al inolvidable y perturbador conde Fosco de su, aún hoy en día, obra más conocida, “La Dama de Blanco”.<br /><br />Él es uno de los vértices de uno de los triángulos más sorprendentes e innovadores que he leído nunca. El amor y la pasión no lo es todo en la relación que se establece entre el cura y los componentes de la pareja protagonista, Romayne y Stella. Hay en este triángulo un componente más potente y drámatico, cimentado en las ambiciones monetarias y concentrado en la lucha por el alma y el destino de Romayne, el premio por el que lucharan enconadamente Benwell y Stella. Y lo harán de una forma en la que todo estará permitido. Esto da a la historia una perspectiva muy interesante, y le otorga gran originalidad. Es una novela en la que se juega con las convicciones y con las perspectivas del lector.En esto también contribuye otro elemento: el auténtico héroe de la historia, tal y como podemos pensar que es este prototipo, tarda en hacer su aparición. Frente al personaje de Winterfield, el gran pecado de Romayne es su falta de fuerza y su carácter voluble, el cual se convierte en uno de los motores de la novela. Romayne, al final, es un personaje demasiado flemático que apenas controla lo que pasa en su vida y a su alrededor, siendo por los intereses y las intrigas del resto de personajes que le rodean los que le mueven sin que se de cuenta. De aquí que, al fin del cabo no sea el auténtico héroe de su propia historia, por más que si sea el protagonista de la novela. En ese sentido, es un protagonista muy de Wilkie Collins.<br /><br />A todo esto, yo no quiero olvidarme de señalar que una de las cosas que ha hecho tan especial esta lectura ha sido que haya tenido la oportunidad de poder hacerla con la edición de una de mis editoriales favoritas, Cátedra. Es una edición muy cuidada, con una traducción estupenda. El texto está plagado de notas a pie de página llenas de detalles y curiosidades sobre la historia, su contexto histórico y la vida del autor que son muy interesantes y aportan mucho a la lectura. Antes de la novela hay un prólogo que, una vez más, me ha resultado muy esclarecedor. En esta ocasión, especialmente, ya que, aunque a grandes rasgos, conocía la biografía de Wilkie Collins, hay muchas cosas de las que he leído en este prologo que no conocía, y que me han ayudado a tener una mejor perspectiva de uno de mis autores favoritos y a saber más sobre él y el oficio de escritor en su época. En serio os digo que si por mí fuera, me leería todos los libros de literatura clásica sacados por este sello editorial, ya que creo que merece la pena solo por lo que aportan a la lectura.<br /><br />Para terminar, reconozco que no estoy muy segura de si “La Sotana Negra” es o no una de las mejores obras que ha salido de la pluma de Wilkie Collins. Pero tengo muy claro (desde el mismo momento en que lo cerré) que este libro está destinado a convertirse en uno de mis favoritos de este autor, junto a “Sin Nombre” y “La Dama de Blanco”. Es una novela en la que los tiempos están muy bien llevados, en la cual no paran de pasar cosas y cuya lectura se disfruta totalmente de principio a fin. Una gran muestra del estupendo escritor que era y Collins (en serio, si podéis leer el prólogo de la edición de Cátedra. Ahí se menciona como se esforzaba el hombre en su oficio y lo bien que lo manejaba).Nunca dejará de alegrarme que poco a poco se vaya dándole relevancia dentro del panorama de los escritores victorianas. Desde luego que, para mí, es uno de los narradores más destacables de este periodo , y que se le de la relevancia que se merece me pone muy contenta y me parece justo. Aunque solo sea por lo que el disfrute que supone leer alguno de sus trabajos.
November 07 2020
Wilkie Collins’s <i>The Black Robe</i> (1881) is a relatively obscure work, and I wouldn’t want to make a case for it as an unknown masterpiece. Like all Collins’s work, though, it is not without interest. I liked it for its fusion of realist late-Victorian fiction with a hint of Gothic (a ruined abbey, a haunting voice, blood guilt, madness, scheming priests). In some senses, it’s rather modern and proto-Freudian, in that it plays with Gothic/supernatural motifs, while handing readers all the clues they would need to interpret them in a psychological sense. <br /><br />Another feature I liked—which is almost consistent in Collins’s novels—was the exploration of a subject most Victorian novelists would consider taboo. Disability (<i>The Law and the Lady, The Dead Secret</i>); race (<i>Armadale, The Moonstone</i>); illegitimacy (<i>No Name</i>)—there are few terrains where Collins feared to tread. <i>The Black Robe</i> explores very sensitively a passionate friendship between two men, Lewis Romayne and Arthur Penrose, which in some ways transcends in its intensity the principal heterosexual relationship portrayed in the work (I’m being oblique here to avoid spoilers). Collins signals the theme pretty clearly (Penrose is a Jesuit priest, and there’s a chapter entitled “The Priest or the Woman?”), but the treatment is also delicate, recognising that there can be all kinds of psychological and emotional fascinations that it would be reductive to boil down purely to sex.<br /><br />A second pleasure of the book is that it has an excellent villain: “Father Benwell,” Penrose’s handler—a supersuave Jesuit wrangler who reminded me a little of the sublime Count Fosco of <i>The Woman in White.</i> Benwell is less extravagantly characterized, but he shares Fosco’s antic Machiavellianism and dry wit. Scheming to reclaim Romayne’s ancestral home, owned by the Church prior to the dissolution of the monasteries, he remarks “pleasantly” to Penrose, “Compose yourself, Arthur … We don’t mean to allow Henry the Eighth to have it all his own way forever.”<br /><br /><i>The Black Robe</i> tends to be described as “anti-Catholic” in the (very little) critical analysis that it has received. I think that’s a simplification. The pure-hearted Penrose is represented very sympathetically, and Catholicism clearly allows him a proper outlet for his energies and idealism. Benwell is, like Fosco, the villain you’re secretly cheering for, and Romayne’s spiritual leanings are sympathetically addressed. As ever, I find it very difficult to see Collins’s novels as passively “reflecting” commonly held social or cultural attitudes. If they dramatise cultural attitudes, it is inevitably to question them. There is always something questing about his works.
September 26 2018
Valutazione 3,5<br />Non possiamo certo dire che Collins manchi di fantasia leggendo il suo La veste nera, romanzo forse fin troppo intrigato, che parte un po’ lento ma che prende decisamente ritmo verso la fine, con un epilogo davvero avvincente. Utilizzando una struttura narrativa complessa, com’è nel suo stile, in parte epistolare, in parte diaristica, con una molteplicità di narratori, costruisce una storia dai risvolti psicologici che tocca diversi temi: la critica alla Chiesa Cattolica Romana in primis.<br />I personaggi non sono di quelli indimenticabili, Lewis Romayne per esempio, è a dir poco irritante, però non sarebbe Collins se non trascinasse il lettore, suo malgrado, in un vortice di cospirazioni, sotterfugi, colpi di scena, accadimenti melodrammatici che convergono tutti in un finale col botto...
June 10 2019
Storia di intrighi più che di spionaggio, <i>La veste nera</i>, segue l'ormai collaudato metodo Collinsiano di servirsi di più voci e più metodi narrativi. Ci sono le solite confessioni, le solite corrispondenze interminabili, i soliti diari e le solite testimonianze.<br />Una storia questa volta davvero avvincente anche se, per assurdo, proprio l'epilogo che doveva essere la parte più incalzante si è rivelato di una lentezza esasperante, ma per le restanti pagine ho trovato il tutto ben costruito e narrato in maniera egregia, come sempre.<br />Se il metodo narrativo è quasi sempre una firma dell'autore lo sono anche le tematiche.<br />Anche qui abbiamo il solito personaggio che rischia di essere raggirato e vive ignaro dell'intrigo che lo circonda. La novità in questo volume è data dalla presenza della chiesa cattolica rappresentata da due preti senza scrupoli che tentano di convertire Lewis Romayne al solo scopo di rientrare in possesso di una proprietà usurpata alla chiesa ai tempi di Enrico VIII. <br />Romayne è purtroppo la vittima ideale, un giovane ricco e debole di carattere che in seguito ad un duello subisce un crollo psicologico e, come solo una donnicciola vittoriana potrebbe fare, cede ai raggiri dei papisti e spinge la sua esistenza ai limiti estremi ignorandone le conseguenze. Da una parte la chiesa e dall'altra non poteva mancare una donna in cerca di marito con qualche scheletro nell'armadio.<br />La trama è, al solito, troppo complessa da spiegare, costruita ad arte per giungere ad un finale sorprendente.<br />Questa volta però ho notato che alcuni personaggi sono stati dimenticati lungo il tragitto, le loro azioni sono rimaste inspiegate così come i loro ruoli nella storia. Uno fra tutti è il ragazzo francese, il furto delle lettere, il contatto da "brividi" fra lui e Stella, il tutto viene liquidato in poche righe, le giuste motivazioni dimenticate. Stessa cosa per i coniugi Loring, li si sospetta di qualcosa ma poi vengono abbandonati al loro destino senza giudizio.
October 23 2021
3,5 estrellas<br />"La túnica negra" está considerada como una de las obras menores de Wilkie Collins, y estoy de acuerdo, siempre que se tenga presente que una novela menor de Collins sigue siendo un libro buenísimo. Simplemente es que tiene auténticos novelones con los que este libro en concreto palidece en comparación.<br />Posiblemente aquí le falla bastante el ritmo, y unos protagonistas que, con excepción del maquiavélico villano, son bastante poco carismáticos, pero aún así seguimos teniendo las suficientes dosis de intrigas, maquinaciones, equívocos, duelos de intelecto y giros en la trama como para que siga siendo una novela muy entretenida y de lo más disfrutable
November 30 2022
Romayne, un giovane uomo ricco e di bell'aspetto, si ritrova coinvolto in un episodio che sconvolgerà la sua stabilità emotiva. Di carattere fragile e sensibile sarà facilmente manovrato dal padre gesuita Benwell. Romayne si troverà combattuto fra la sua ricerca spirituale e l'amore per Stella. Il racconto inizia in modo avvincente per poi rallentare e si riprenderà nell'ultima parte. Mi è piaciuto sia lo stile di scrittura considerando che è un romanzo scritto nell'800 sia la trama che riesce a tenere sempre alta l'attenzione.
June 06 2010
I really liked <i>The Black Robe</i>, but think it's something readers will either like or loathe. It started off a tad slowly before gaining steady momentum, but I "had" to finish the last hundred pages in one sitting and at times it was difficult to put down. I found the well-written, informative novel more interesting because of its social commentary. I’ve come to really like Collins' writing, his novels are so far three for three, and I have a few others in the queue.<br /><br />Father Benwell divides a couple and conquers the impressionable husband so that the Church may reclaim land Lewis Romayne had inherited. Being the intellectual writer that he was, Collins adds depth to the straightforward plot through psychology, deceit, power struggles, and relationships. <br /><br /><i>The Black Robe</i> is full of Victorian England’s religious views and biases and Collins’ usual commentary about domestic issues and the plight of women. Through the portrayal of the Church’s spiritual aristocracy, its priests, and characters’ comments, England’s anti-Catholicism sentiments are crystal clear. But on the other side, Protestants have "all the prejudices incident to that way of thinking".<br /><br /><blockquote>"The Catholic system here showed to perfection its masterly knowledge of the weakness of human nature, and its inexhaustible dexterity in adapting the means to the end."</blockquote><br />Written in 1881, the epistolary novel differs from Collins’s earlier acclaimed classics, <i>the Woman in White</i> and <i>the Moonstone</i>. If expecting suspenseful mystery, one will be disappointed. If one likes older literary fiction, then try <i>the Black Robe</i> on for size.<br />
September 16 2011
Previous to the Black Robe the only other Collins novel that I had read was The Moonstone. I really enjoyed the Moonstone, but I don’t think these two works are even comparable. I was shocked at how much more serious in tone, purpose, and prose the Black Robe was. Others more familiar with Collins may not have been so surprised. <br /><br />The Black Robe is a masterpiece if you ask me. More here than in the Moonstone do you see Collins’ true insight to the workings of the human mind. The characters of this work, including the women, are so complex, and he describes their movement physically and emotionally with such vividness, that they feel quite tangible. You feel very connected to their problems, you want to help them strive against forces working against their happiness.<br /><br />Each word of prose seems precisely chosen. It very deliberately drives the story along. I wanted to share the following quote because I thought it was excellent, and a very good example of the quality of writing in this work:<br /><br /> “ART has its trials as well as its triumphs. It is powerless to assert itself against the sordid interests of everyday life. The greatest book ever written, the finest picture ever painted, appeals in vain to minds preoccupied by selfish and secret cares.”<br /><br />I look forward to reading the White Woman, for which Collin’s in most notably known.<br />
January 04 2019
Romanzo parzialmente epistolare, La veste nera racconta il tentativo, da parte di Padre Branwell, di recuperare per la Chiesa Cattolica Vange Abbey, la casa avita di Lewis Romayne. Non è all'altezza de La pietra di luna (che richiama brevemente grazie ad un'apparizione di Mr. Murthwaite, un famoso esploratore), ma rimane un buon romanzo (a differenza de Il fiume della colpa, che ho trovato piuttosto fastidioso)
November 09 2018
Lewis Romayne è il protagonista del nuovo romanzo edito Fazi intitolato "La veste nera" . Romayne è un uomo giovane, considerato di bell'aspetto e possessore di una splendida tenuta di campagna chiamata Vange Abbey; un uomo che a dispetto di tutte le caratteristiche iniziali si rivelerà fondamentalmente un debole, incapace di respingere l'ombra della veste nera di chi vuole restituire Vange Abbey alla Chiesa e ad infoltire le schiere di adepti. Interessante invece è il personaggio di Winterfield e, da buona fan di Wilkie Collins, ho apprezzato moltissimo il riferimento/citazione alla Pietra di Luna delle ultime pagine.